Quienes, dónde, como.

En el ámbito científico, se reconoce como un criterio necesario para establecer el diagnóstico de una situación determinada, tener una visión integral, unificada, que incorpore todas las opiniones que sean requeridas para proponer un camino de mejora de acuerdo con una prognosis, una visión anticipada de la situación, o adónde queremos llegar al proponer determinadas alternativas, es el camino que debe seguirse.

Los tres pasos aquí mencionados, remiten exactamente a los tres pasos necesarios para instalar el diálogo, en el formato de Talanoa. Dónde estamos, dónde queremos llegar, que camino tomamos para lograrlo. Resultado cierto de un largo camino de convergencia de los saberes científicos y tradicionales, desde su fundación en 1992, el International Panel on Climate Change (IPCC) de UN, no sabría ser ajeno a la comprensión de esta dinámica, que en su más reciente llamado, los Diálogos de Talanoa, objetiva.

Así en publicación anterior, nos hemos permitido proponer que el IPCC es la “institución” científica más importante del mundo en la actualidad, por varias razones que enumero: el sentido de su propuesta en directa relación con los “hacedores de política”, la rigurosidad con que se elaboran cada 4 años sus informes, el amplio rango de participación (aproximadamente 2.500 científicos en todo el mundo), lo crecientemente preciso de sus estimaciones, la incorporación paulatina de todas las ciencias. Así, no era raro que en un segundo momento de aproximación, propusiera que era en los momentos o fases de la CMNUCC, y en la convocatoria a distintos grupos de ciencias, de acuerdo a las tres fases por las que ha transitado, que se podían apreciar con precisión los cambios de paradigma que indican la naturaleza del mind-set de la época.

Paralelamente a éste fenómeno, hace unos treinta años, de manera creciente, que en el seno de las ciencias exactas, venimos asistiendo a una importancia mayor del pensamiento sistémico, que con la teoría del caos y los avances a su vez paralelos, pero significativos de las NTIC en todos los ámbitos de las comunicaciones y del saber, ha alcanzado su máxima expresión.

De tal manera, cuando señalamos que hemos entrado en una época donde ya no basta con saber, sino que el saber se requiere a su vez conectado, no nos referimos solo a la búsqueda de un conocimiento que tuviera manifestaciones necesarias con la práctica, como una tradicional corriente histórica del conocimiento nos lo planteó, sino al carácter urgente con que esta relación se objetiva.

La implementación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, requiere de enfoques de gestión y gobernanza no-tradicionales para lograr una reducción sustancial de las pérdidas por desastres. En el espacio territorial que el proyecto convoca, sin embargo, el desastre al cual en lo inmediato y concreto la sequía remite, es paradojalmente abstracto y aun de acuerdo con las percepciones generales sobre el Cambio Climático, proyectivas. Hemos tenido reuniones con la IMP, encargada del Componente 2, que debe asegurar la capacitación y las comunicaciones en el seno del proyecto, aunque esto no se haya considerado con detalle.

De acuerdo con el estudio que la investigación ha propuesto, el programa encuentra un primer ámbito de atención en el espacio de la Gobernanza, esto es: la forma en que se establecen relaciones entre la toma de decisiones (la institución) y los usuarios finales del programa, es decir los beneficiaros. Si ya hemos propuesto la Gobernanza Policéntrica, como marco conceptual que permita abordar el tema desde la perspectiva de la toma de decisiones coordinada y coherente entre las instituciones, y ella está validada como óptica tendencial, por las organizaciones de Naciones Unidas, ha habido también investigación que considera la Gobernanza Adaptativa.

La gobernanza adaptativa (AG) ha sido identificada fundamentalmente como un mecanismo a través del cual cambiar la relación entre el desarrollo y el riesgo de desastres, con potencial de gran alcance, implicaciones para la ciencia, la política y la práctica. En su núcleo se encuentran la colaboración, la acción colectiva multinivel, y el aprendizaje continuo, para construir conocimiento y sistemas socio-ecológicos (SES) efectivos de administración.

Consideraremos AG en la articulación del Marco de Sendai y creemos que se debe explorar su potencial como un enfoque "no tradicional" para la reducción del riesgo de desastres (RRD) al abordar desafíos de SES complejos y factores socioeconómicos, culturales, políticos y procesos, multinivel. Asumiendo un enfoque  AG, es necesario analizar la prevalencia sus características y determinar cuales componentes del Marco de Sendai requerirían un enfoque articulado en su conceptualización, para facilitar una transformación de la agenda política de convergencia de instrumentos que sirviera específicamente para la RRD. También identificar oportunidades para emplear un enfoque de AG más allá de lo que es ya articulado, para mejorar la actitud colectiva a los desastres y fomentar entre todos, la equidad, la resiliencia y el desarrollo sostenible.

De tal manera, postulamos que el Marco de Sendai podría ser una "ventana de oportunidad" importante, para lograr una transformación de las condiciones sociales y culturales del territorio, que permitiera hacer converger las tres líneas de fuerza de las políticas que traducen nuestros compromisos como país para el 2030. Una línea de investigación que se abre y que se seguirá considerando, discutiendo los desafíos que deben superarse, para proporcionar soluciones prácticas a las transformaciones urgentes requeridas en RRD, según el Marco de Sendai, al tiempo que seguimos dando pasos en la concepción integral que supone la universalidad de los Objetivos de Desarrollo Sustentable y haciendo una contribución concreta, para cumplir con las reducciones de GEI que implica el Acuerdo de Paris, en el paso hacia sociedades bajas en HCF y el Plan Nacional de Adaptación.

Sin duda, ello se debe realizar con más investigación aplicada y con una visión superior, que considere las ciencias (exactas, sociales, humanas) en su contribución efectiva a las decisiones de política que permita identificar prácticamente los espacios, territorios y vías institucionales a través de los cuales las transformaciones culturales consideradas podrían ocurrir para beneficio de todos.

La necesidad de construir un Marco Integrado en lo local pasa así por la delimitación de Areas de Control, Influencia e Interés, según sea la relación de los actores institucionales con el proyecto. Ésto puede ser fácilmente graficado como una serie de círculos concéntricos, dónde el primero, que corresponde al programa de Resiliencia, está en el centro, en contacto con las Instituciones directamente vinculadas y que constituyen objetivos específicos de sus logros. Estos definirían el Área de Control.  Un segundo círculo o nivel de proximidad, sería un Área de Influencia y un tercer círculo de actores, constituiría un área de interés, a los cuales sería esperable llegar (como por ejemplo, a través de emisiones de radio constituyendo un grupo igualmente interesante para nuestros propósitos de Sociedades Resilientes), pero que no forman parte de nuestras metas inmediatas.

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