Sobre la importancia de los Diálogos de Talanoa


Sobre la importancia de los Diálogos de Talanoa.
                                                                                                          Rainer María Hauser Molina.
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Tal vez una cuestión que deba ser establecida en primer lugar y en verdad no menos importante que la necesidad de considerar los programas desde una perspectiva integral o sistémica, para coordinar sus acciones y tener el impacto deseado en la obtención de sus resultados, sea la de verificar qué en los canales de comunicación entre sus componentes, circula información consistente, que así los mensajes son irrefutables y que aquello que se transmita será relevante en términos de su importancia política. Dicho de otra manera, que dentro de la enorme cantidad de información que manejamos, la que estamos considerando, sea científicamente validada, confiable y adecuada, para apoyar la toma de decisiones políticas pertinentes.

Esto, que probablemente hasta hace poco fuera una cuestión banal, ha adquirido en los últimos años una importancia qué es necesario subrayar y que tendría que dar origen a conversaciones en profundidad, entre los grupos y personas involucradas en las estructuras de los distintos sistemas en qué hemos fijado los marcos que definen nuestras actividades programáticas. Como lo ha señalado una intensa actividad académica y de investigaciones prácticas en el campo de la Gobernanza de los Sistemas Económicos Complejos (E. Ostrom, Beyond Market and the States: Polycentric Governance of complex economic systems, Bloomington, Indiana, USA. 2009) en la construcción de confianzas, estaríamos dando un paso gigantesco en el camino hacia la sustentabilidad de nuestras organizaciones y de su capacidad para abordar con flexibilidad, innovación y efectividad, los problemas que plantea el mundo complejo y en transición en el cual nos encontramos.

El Acuerdo de París. ༄ ༄
La COP 21 de París (CMNUCC, 2015), será recordada por el gigantesco salto qué significó para los tomadores de decisiones en política el reconocimiento de los datos de la ciencia, en cuanto a los orígenes y consecuencia del cambio climático, por cuánto fue allí acordada la necesidad de realizar una transición energética hacia fuentes de energía renovables no convencionales (ERNC), que permitiera controlar el avance tendencial Irresistible de emisiones de gases efecto invernadero (GEI), para qué al 2030 el aumento global promedio de temperatura no supere los 2 grados centígrados. 

Así, sobre la base de la evidencia científica, a fines del año 2015 se consignó el Acuerdo de París. Acuerdo voluntario que de alguna manera viene a sustituir el Protocolo de Kioto (2007 -2012), el acuerdo de París fue suscrito por Chile, que se comprometió a reducir sus emisiones en un 35% en el período que va del 20 al 30.

Los gigantescos problemas de coordinación y voluntades, que supone el cambio de energías producidas por la extracción de hidrocarburos fósiles (HCF), hacia energías limpias, no podía dejar sin impactar este mundo convulsionado en el cual vivimos, y qué encontró en el retiro de los Estados Unidos del acuerdo, en el 2017, su hecho más relevante. Anotemos sin embargo, que el retiro de los Estados Unidos no sólo significa que ese país no considera ya en la toma de decisiones, como hemos dicho, los datos irrefutables de la ciencia, sino que además se aísla de manera significativa de los espacios dialógicos y de negociación construidos por la comunidad internacional, produciendo un aislamiento externo que sin duda no podrá mantenerse en el tiempo.

Talanoa
Dos años después de París, en noviembre del año 2017, recién pasado, la COP 23 junto con reafirmar los compromisos establecidos y subrayar la importancia de acciones de largo plazo, para fortalecer la institucionalidad y el gobierno de los países y generar mecanismos de transparencia, verificación y contabilidad (VMR), estableció -como una señal inequívoca, del criterio superior de inclusividad, qué marca desde entonces los enfoques de política mundial-, los diálogos de Talanoa.

Basados sobre la tradición cultural de las islas del Pacífico, los Diálogos de Talanoa buscan la construcción de compromisos durables entre los participantes, en un espíritu constructivo y transparente, qué excluye todo ánimo confrontacional y se articula sobre la comprensión de los elementos comunes que compartimos, sin la exclusión de nadie, ni ningún grupo. 
Los diálogos de Talanoa consisten en orientar los relatos de las historias de cada uno, alrededor de tres cuestiones fundamentales que les darán estructura organizacional: ¿dónde estamos? ¿para dónde queremos ir? y ¿cómo llegamos allí?

Bajo esa formulación simple que esconde la gran sabiduría tradicional de los pueblos originarios y ha sido concebida en el marco el sistema de Naciones Unidas como la expresión concreta de la movilización necesaria para marcar un año de ambiciones y de acción, con una convocatoria universal en su esencia, principios y metodología, qué debe impregnar el espíritu de los gobiernos y las sociedades, para poner en marcha el ambicioso e imprescindible acuerdo de París, sin el éxito del cual, vale la pena decirlo, nuestro planeta no será ya más habitable.

De allí que la instauración de los diálogos de Talanoa sea tanto una orientación general de política internacional, cómo una necesidad que nos impone el futuro de organización de nuestras estructuras de gobernanza a todos los niveles y sectores. Y si naturalmente, se podría esperar, que fuera asumida como elemento de un diseño estratégico de política nacional, desde las más altas autoridades, en el ámbito específico de una política dirigida al emprendimiento de los pueblos originarios, ello aparece como una oportunidad de convocatoria para los distintos programas, que no debiera desaprovecharse.

Los diálogos de Talanoa son un instrumento poderoso del saber tradicional de los pueblos, que ha llegado a ser universal y que permite juntar lo más actual y proyectivo de los desarrollos científicos y tecnológicos, con la forma más actualizada y conveniente de hacer negocios para las empresas, permitiendo objetivar, en cada una de las localidades y comunidades y a través de cada una de las formas en que estructuramos nuestra propuesta, una convocatoria amplia, no excluyente, que permite la generación de confianza entre todos y nos proyecta hacia las estructuras de gobernanza que hoy como nunca antes, permiten expresar en un mismo deseo y una misma voluntad, los mecanismos más apropiados para sintetizar el latido de nuestra tierra, con la visión que de ella tenemos en un nuevo amanecer.

Los diálogos de Talanoa, conciben una metodología participativa, en la cual se puede contribuir, más allá de los puntos focales de los gobiernos, establecidos por las negociaciones de cambio climático y se ha abierto para ello una plataforma online que recibirá durante todo el presente año, contribuciones generadas por los grupos y sus representantes, tanto como por los gobiernos oficiales. Establecida una primera fecha de recepción de las contribuciones, que es el 2 de abril, y una segunda en octubre, serán recogidas analizadas y discutidas en la sesión plenaria de COP 24 este año en Polonia y qué será la reunión internacional previa al comienzo del año 2020, en el cual empiezan a implementarse los acuerdos de París que cómo hemos dicho, habrán de tener un impacto transformador en todas las economías del mundo y marcarán el tránsito hacia sociedades de bajo consumo en carbono que serán las sociedades del futuro.

Finalmente, los diálogos de Talanoa significan en este sentido, una interesante síntesis simbólica de los tiempos: el futuro de las nuevas tecnologías limpias y el pasado hecho actual, de la noble tradición humana de respeto a la naturaleza y de relaciones entre las personas, qué han sabido preservar para todos, nuestras más antiguas tradiciones culturales.

RMH. /
Santiago, 20/03/2018.

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