Sobre la relación entre el Estado laico y las creencias.

Hace hoy unos días, Emmanuel Macron Presidente de Francia, se reunió con la Conferencia Episcopal de la iglesia católica de ese país. Publicamos un extracto de su discurso, porque abordando las condiciones del diálogo entre creyentes y no creyentes, define las relaciones que debe tener el Estado laico con los ciudadanos, y su respeto a todas las creencias. Nos parece que los Diálogos de Talanoa, son una herramienta de NU, que, con mayor conocimiento tradicional y el objetivo de sembrar una "mayor ambición" sobre el Acuerdo de París, para vincular a tod@s los actores y así lograr que el mundo no sufra un aumento de temperatura de más de 2°C, concibe el mismo propósito de respeto, aceptación de las diferencias y diálogo como superación. (Al pié del video, está una traducción de lo que dijo).



" Para encontrarnos aquí esta noche monseñor, usted y yo, hemos debido sin duda  enfrentar a los escépticos de cada uno de nuestros bandos. Y si lo hemos hecho es sin duda, porque compartimos confusamente el sentimiento que el vinculo entre la iglesia y el estado se ha deteriorado y que nos corresponde, tanto a usted como a mí, repararlo.

Y para ello no existe otro medio que un diálogo en la verdad. Este diálogo es indispensable y si tuviera que resumir mi punto de vista, diría que una iglesia que se desentiende de las cuestiones temporales, no va hasta el fin de sus objetivos y un presidente de la República que se desentiende de las creencias de sus conciudadanos falta a su deber.

(53'-1:10'... Datos históricos de entrega).

Sí, Francia ha sido fortalecida por la entrega y el compromiso de los católicos. Diciendo esto, no me equivoco, si los católicos han querido servir a Francia si  han aceptado morir por ella, esto no ha sido solo en nombre de ideales humanistas, ni tampoco únicamente, en nombre de ideales judeocristianos secularizados, sino también porque ellos fueron llevados por su fe en Dios y por sus prácticas religiosas.

Algunos podrían considerar qué estos propósitos infringen los principios de la laicidad, pero después de todo, nosotros contamos con mártires y héroes de todas las creencias tal cómo nos lo ha mostrado nuestra historia incluso reciente, comprendiendo incluso ateos, que han encontrado en el fondo de su moral, la fuente de un sacrificio completo. Reconocer a los unos no es disminuir a los otros.

Y consideró que la laicidad, no tiene por función negar lo espiritual en nombre de lo temporal, ni desenraizar la parte espiritual que alimenta a tantos de nuestros conciudadanos. Yo soy como jefe del estado garante de la libertad de creer y de no creer y no soy ni el inventor ni el promotor, de una religión de Estado que pretenda sustituir la trascendencia divina por un credo republicano".

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